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Somewhere in Nevada...
Un día normal, o al menos lo que se podría considerar 'normal' en este lugar, si, las agresiones y asesinatos eran cosa de todos los días, pero está vez, la muerte no ahogaba el estado como era de esperarse.
Todo era... asqueroso, la tranquilidad, era como la desesperación, mucha paz, ahogaba a los habitantes de Nevada, pero bueno, no creo que a nadie no le gustaría aunque sea una pizca de paz en su vida, y así tener una excusa para quedarse en casa.
En medio de la nada, se encontraba una casa, o lo que quedaba de esta, teniendo un aspecto gris, como la mayoría de las cosas, si no es que todas, con la mayoría de ventanas rotas, lss cuáles estaban cubiertas por cortinas rasgadas, la falta de una puerta, que en cambio solo se encontraba un cartón mal pegado con algo de cinta.
El interior no era tan malo como parecía, dos pisos, un baño, la sala, la cocina, 3 habitaciones y una extra, nada extraordinario, ni la decoración ni los muebles eran de marca, de hecho, estos habían sido encontrados en la basura, al menos la mayoría, así que no era de extrañarse que la madera de estos estuviese podrida.
Bueno, regresando a los 'protagonistas', estos se encontraban en su respectiva habitación, descansando ese día, además aprovecharían para calentarse, ya que el frío de esos días era insoportable, pero que esperábamos, después de todo, el sol ya no emanaba su tipico calor que al menos hacía un balance entre la noche y el día, ahora, la única manera de distinguir el tiempo era atraves de los relojes y el cansancio de algunos.
En cada una de las habitaciones se encontraba alguien, cada uno haciendo sus respectivas cosas.
En la habitación del primer piso se encontraba Sanford, quien estaba entretenido jugando en su Guii los juegos que aún servían.
En la primera habitación del segundo piso, Deimos estaba sentado a los pies de su cama con su computador en la piernas, estaba de lo más tranquilo jugando al Minecraft en hardcore, se encontraba haciendo una granja de esqueletos, lo normal.
Y por último, Hank, su habitación estaba sumida en completa oscuridad, lo único que se distingue de esta, eran dos óvalos rojos en la mitad de esta, brillando con un fuerteny penetrante color carmesí, pero solo era Hank, quien estaba sobre su cama, quieto, sin molestar a nadie, estaba pensando en como detener la adicción de Deimos, y de hecho, ya tenía una idea, y todos sabemos que, sus ideas, no son lo más 'pacíficas' posibles.
Mientras seguía dentro de sus pensamientos, escucho el crujido de las escaleras, alguien las estaba bajando, de una manera lenta, intentando no hacer ruido, ese sonido le saco de su mente, así que, decidió salir para seguirlo, sabía quién era y qué haría a estas horas de la noche.
Sus pasos eran silenciosos, parecía un depredador persiguiendo a su presa, como un zorro a un pequeño conejo.
Cuidaba en no hacer ningún ruido o producir alguan sombra, si lo veía, lo más seguro es que le atacaría con alguna de sus armas, y el no quería eso.
Deimos abrió la 'puerta' que tenía frente a él, sin cerrarla al salir, no quería volver a pegarla con cinta si iba a volver a entrar en unos minutos, Hank aprovecho esto y salió, aún sin hacer ruido, y mientras Deimos de alejaba un poco de la puerta, de una de las tantas bolsas de su traje, desenfundo un cuchillo tactico con sierra y en un movimiento rápido, lo posiciono cerca del cuello del contrario, ocasionando la reacción esperada, que soltara...¿Su telefono? Bueno, no era la cajetilla que esperaba, pero al menos lo detuvo de hacer lo que fuera que iba a hacer.
— Parece que querías hacer algo con ese aparatejo ¿Qué era exactamente?
— Hombre, calmado, no iba a hacer nada–
El frío filo del cuchillo rozaba su delgada piel con intenciones de penetrarla.
El lugar fue invadido por otro largo y silencioso ambiente, lo único audible era el fino viento golpeando lo que se le atravesaba y el sonido de un corazón que latía con una velocidad increíble.
— ¿Planeas una traición no?
— ¿De qué mierda hablas? No soy capaz de eso imbecil.
— Tienes razón, eres un maldito cobarde.
Antes de que Deimos pudiera defenderse atraves de las palabras, este hizo un movimiento para intentar quitarse el arma de la garganta, pero esto solo ocaciono una acción no intencional por parte de Hank.
Al estar tan alterado, los movimientos repentinos lo harían reaccionar de manera violenta, y fue lo que sucedió, de un tajo, corto la garganta de Deimos a una profundidad espantosa, sin llegar a la tráquea o a la arteria, pero si no se atendía a tiempo se podría infectar o terminaría por ahogarse en su propia sangre.
Hank dejo caer el cuchillo al piso, y sin ninguna expresión o algún simple sentimiento, presiono la herida que recientemente le había causado al contrario, provocando que la sangre dejase de salir pero conteniendola dentro donde podría terminar por ahogarse.
— Eres un idiota Deimos, ¿¡Como se te ocurre provocar a ese monstruo!?
— ¡Qué no fue mi intención hombre! Estaba desesperado, tu harías lo mismo en mi lugar.
— Ugh, no se como es que puedes seguir vivo con esa personalidad de mierda que te cargas, como sea, ya cerré la herida, por ahora, nada de cosas grandes, tampoco fumar, aunque no se por que te lo digo si te vale un carajo lo que te decimos.
— Si, como sea, gracias Doc.
El mayor se dirigió a la puerta para salir de la habitación mientras hablaba entre dientes: "Qué no soy un doctor".
A esto, Deimos sólo soltó una leve risa, sabía que le molestaba que le dijieran asi, este chico vive la vida al máximo, la adrenalina mueve su mundo.
Por ahora, queda ignorar las indicaciones para que la herida cerrase y hacer todo lo contrario con tal de vivir la vida al máximo, o solo ser terco, cada quien.
Hank estaba pensando en lo que hizo, no le importaba demasido lo que ocaciono, pero le llamaba la atención ese sentimiento, una clase de ira hacia lo que Deimos pudiera estar haciendo a sus espaldas, le pregunto al Doc, y este le contesto que lo más probable es que fueran celos, pero ¿Hank J. Wimbleton, con algún otro sentimiento que no fuera la ira? Si claro, y yo tengo doctorado en psicología, vaya mierda.
Un sentimiento agrio, pero al mismo tiempo, especial, quizás descubrir más sobre lo que son los sentimientos sería algo bueno ¿No?
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